LOS PLANES DE LOS COMUNISTAS
Por Mario Góngora H.
El código moral de la izquierda ha sido proclamado y anunciado por todos aquellos que lo inventaron , así como por todos sus seguidores a través de los años. Es tan claro que un estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad donde daba una conferencia afirmaba: “…Es que no nos podemos basar (para juzgar a la izquierda), en un montón de desquiciados…”, refiriéndose a Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao, Fidel Castro, Hugo Chávez, el Sub Marcos.
En los años 70, cuando todavía no me iniciaba en la sección editorial de El Heraldo (hasta 1982), varios personajes muy admiradores de Fidel Castro, el Ché, HoChiMinh; de esos que se oponían rotundamente a la industria maquiladora, etc, acudíeron a la dirección de El Heraldo para que no publicaran mis cartas, siendo estos algunos de los motivos: que era miembro de la CIA; que era ex boina verde: que era un Rambo; cosas que fueron publicadas en un diario local y que por supuesto eran mentiras.
Todavía dentro de la AECHI más recientemente, decía uno de sus integrantes que la gente ya no me leía por no apoyar al narcopresidente, que tal sujeto amlo, era inclusive una persona “amorosa”.
Una vez que aceptamos las leyes que rigen el pensamiento comunista y su conducta, toda duda y todo misterio desaparecen y nos enfrentamos a un movimiento que en verdad es preocupante, aterrador, amoral, violento, egoísta y despiadado, con una organización a nivel mundial bien establecida. Solo llevo tres amenazas de muerte.
En la lucha contra este movimiento antipatriótico, sin ética, violento, antirreligoso, nada suple un conocimiento preciso y específico de quiénes son y qué los motiva. La ignorancia es nuestra peor enemiga. Es algo así como cuando se tiene un hijo por el que siempre proveemos, educamos, amamos y cuidamos. Sin embargo, en el medio en el que vivimos, no falta quien lo aborde para ofrecerle el “glamoroso” camino de las drogas. Pero si hemos fallado en otorgarle a nuestro hijo la formación e información básica para enfrentar dicho peligro, habremos fallado en nuestra responsabilidad y todo el amor que le hemos dado no servirá casi de nada cuando la incitación e invitación de los malos amigos o puchadores se haga presente: “Ándale, solo una para que te alivianes….”
La izquierda es tan confiable y tan predecible como un cáncer que obedece las leyes de un crecimiento incontrolable, aunado a un daño casi siempre irreversible. Podemos confiar en sus malas intenciones para con “el pueblo” que dicen proteger, como podemos confiar en que un asaltante armado nos enfrente y se lleve nuestro dinero.
A la izquierda sí hay que reconocerle que actuarán de acuerdo a sus principios, muy bien definidos por cierto, e intentarán a toda costa de apoderarse del país, y de cada una de nuestras vidas.
La izquierda se nutre de odio. Para que este se de, es esencial que exista en estos momentos lo que ellos llaman represión, que estemos en contra de ellos, aunque lo que se haga sea apegado a la ley. Necesitan alguien a quien echarle la culpa de lo que sea. Pero lanzan a Mujeres y niños por delante, como le hacía el CDP (PT) aquí en Chihuahua. Agredir a los policías por parte del PRD, como se dio también en nuestra ciudad en aquella más reciente visita de Felipe Calderón, para luego alegar “represión”. Los videos son claros.
La izquierda siempre está en guerra, en la lucha de clases, y ésta solamente terminará cuando ellos ganen. Los pobres contra los ricos, dicen. Los explotados contra los explotadores, afirman. Por fortuna, en el norte, a pocos les toman el pelo.