EL PENSAMIENTO

Por
Mario Góngora H.

Una de las muchas definiciones de pensamiento nos dice que es “la capacidad que tienen las personas de formar ideas y representaciones de la realidad en su mente, relacionando unas con otras”, pero no todo lo que se piensa se trae necesariamente a la realidad.

El pensamiento normalmente precede toda emoción, todo sentimiento, toda actitud, por consiguiente, si queremos ser mejores, no debe haber en él ningún elemento pesimista si es que queremos lograr cosas importantes, o si simplemente queremos ser felices.

En la vida podemos albergar temores, fobias, preocupaciones por la salud, problemas, cosas que nos roban de nuestra libertad para ser quien realmente somos. Y el ser humano toma parte consciente y deliberada en la formación de su carácter y de su destino. Y así, nos formamos actitudes y hábitos que nos permiten escoger nuestra conducta, nuestros amigos, nuestras creencias, nuestra cultura, nuestra ocupación, en pocas palabras, nuestro destino. Nos permite crear un ‘yo’ definido.

El modo seguro de no fracasar en algo, es determinarse a alcanzar el éxito en el proyecto de vida que decidamos escoger. Así, cuando un hombre persigue algo con perseverancia, ya no se trata de suerte, sino un resultado de la ley de las probabilidades. Todos, teniendo ánimo y perseverancia, podemos lograr ´lo imposible’, pues el éxito no es producto ni del talento ni de la educación académica. Abundan los fracasados que poseen uno y otra. Son entonces, la voluntad y la constancia las que llevan al hombre a su destino exitoso.

Ni siquiera el tener un capital, poder, fama o reputación son indispensables, como tampoco salud o libertad. Lo único indispensable es la voluntad y el carácter perfectamente cultivados.

El pensamiento es el que nos lleva a pensar que lo imposible es posible. Si alguien nos dice “no se puede”, preguntemos por qué no y analicemos la respuesta. Los que dicen ¿y por qué no se ha de poder?, son los que hacen progresar al mundo.

En cada uno de nosotros existe lo que somos, pero también lo que deberíamos ser. Existen muchos futuros latentes para cada uno de nosotros gracias a las elecciones que realizamos en el presente. ¿Cuál futuro deseamos experimentar? Todo está en base a nuestros pensamientos y las decisiones del presente, y estamos aquí para encontrar un amor que trasciende todo amor conocido anteriormente. Podemos trascender guerras y violencia y la oración nos permite elegir qué profecía futura vamos a vivir.

Nunca es tarde para vencer y para ser las personas que deseamos y merecemos ser. Cambiando un pensamiento hoy, podemos cambiar todo el curso de nuestro futuro.

Tres cosas esenciales existen para nuestra felicidad: Algo que esperar, algo qué hacer y alguien a quién amar.