ANTICUERPOS MORALES
Por
Mario Góngora H.
El sistema inmunológico del ser humano parce replicarse en el sentido moral, en la fe y en la voluntad para inmunizarnos contra esos graves enemigos, que son el miedo, la desesperación, la desesperanza y la falta de confianza en uno mismo.
La misma naturaleza nos ha provisto de todo lo necesario para asumir y tomar la responsabilidad de enfrentarnos a la vida. Tenemos más poder que voluntad, y por meras excusas pensamos que las cosas son imposibles, pero una agresividad inteligente nos llevará a nuestro destino si hemos programado en forma adecuada nuestra mente.
Una forma que ayuda a aplicar la estrategia adecuada para llegar a nuestro destino es aprendiendo a sacar provecho de todo mal así como teniendo constancia en cada cosa que hacemos o emprendemos. Y es esta falta de constancia la que nos frena para llegar a la prosperidad. Todo en la vida tiene que ganarse. El progreso y la felicidad no nos llegan por casualidad. Todas las cosas buenas que vemos a nuestro alrededor son producto del esfuerzo constante de alguien.
La fe y la voluntad nos permiten entregarnos de lleno a ser buenos, hábiles y productivos en lo que hacemos. Tomemos por ejemplo a los buenos artistas. Han tomado tan tremendo interés en su arte, que se ha vuelto parte de su vida. Han concentrado en él todas sus facultades.
Cuando dejamos algún pendiente para después, nos resta placer de nuestro trabajo y hasta nuestro carácter cambia.
No podremos conseguir algo importante en nuestra vida, con esfuerzos de vez en cuando, sino con la fuerza de la constancia. Si Cristóbal Colón no hubiera tenido la fe y la constancia necesaria en su proyecto de viaje, se hubiera regresado a la mitad del camino y no se le reconocería haber llegado al nuevo mundo. No habría alcanzado la inmortalidad como descubridor de las nuevas tierras.
Se dice que la paciencia y un gusano producen la seda más fina que se conoce en el mundo. Cuando nos encontramos en circunstancias tan desfavorables que pareciera que ya todo se acabó para nosotros, es precisamente cuando no nos debemos rendir.
Uno de los mejores anticuerpos morales, es ese pequeño esfuerzo adicional que es lo que hace que algo pase del fracaso al éxito, porque la diferencia en uno y otro está con frecuencia, en márgenes muy pequeños.
Sí, un pequeño esfuerzo más en el estudio, de tiempo, o de trabajo, puede impedir nuestro fracaso y nos brindará de grandes satisfacciones y felicidad.
Se dice que el ser humano tiene sus similitudes con los tapones de corcho en algunos vinos: unos saltan para arriba si no se les detiene, y a otros hay que extraerlos con el saca corcho, dependiendo de lo que cada uno guarda.