Por
Mario Góngora H.
“La sabiduría no convierte a un hombre en un ser bondadoso, sino la bondad convierte al hombre en sabio…”
La bondad, viene siendo “una inclinación natural a hacer el bien”. La parte opuesta es la maldad, la que vemos ganando terreno todos los días en el mundo.
La bondad es aquella que se deriva del amor incondicional, que es aquel que se da sin esperar recibir nada a cambio. Ni siquiera el mismo amor en pago del que dimos. La bondad se despierta reconociendo y aceptando el valor de las demás personas. Es también la forma de amarnos a nosotros mismos.
Creo que no sería muy difícil que todos nos pudiéramos esforzar en levantar hasta donde nos sea posible a nuestros semejantes. Simplemente que se sientan mejor al entrar en contacto con nosotros. Esto es posible procurando siempre tener buen humor, e impartiendo esperanza y buena voluntad. Las ventajas de hacer esto a diario es que gozaremos de cada día, viviendo el presente hasta el límite, sin esperar hasta mañana para empezar a disfrutar de la respuesta de quienes estén junto a nosotros. Esto es lo que nos abre las puertas de la felicidad.
Afortunadamente cada vez es mas reconocido y más comprobable que todo aquello negativo en nuestro espíritu nos contamina también el cuerpo material. El odio, la malicia, la envidia, la codicia, y la venganza son equivalentes a ingerir arsénico o cualquier otro veneno. Pero además de dañar nuestro cuerpo, los resultados en nuestro desempeño diario son también negativos. Nos ocasionan fracasos, perdemos amigos, disminuye nuestra esperanza en el futuro, nos causan depresión y de paso, al bajar nuestros niveles inmunológicos, acortan también nuestra vida.
En ocasiones anteriores se ha mencionado el hacer el esfuerzo de ser bondadosos y estar dispuestos a ayudar a todos teniendo optimismo, independiente de los acontecimientos que nos circundan.
Para sentirnos bien es un requisito hacer feliz a alguien más. Esto es lo único que hace placentera la vida, y no los bienes materiales, cuya sensación de logro, felicidad y satisfacción solo duran muy poco. Son totalmente efímeros.
No existe mejor música que aquella que brota de las palabras bondadosas. En este sentido se considera que una persona tiene la cualidad de la bondad cuando siempre se mantiene dispuesta a ayudar a quien lo necesita, cuando se muestra compasiva con las personas que se encuentran sufriendo por distintas circunstancias y también cuando mantiene una actitud amable y generosa hacia los demás.
La bondad ha sido practicada por algunos personajes de la historia, como serían Juan Pablo Segundo, la Madre Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi, y quizá su principal y mas impactante e importante exponente, San Francisco de Asís.