Por
Mario Góngora H.
En las escuelas del conocimiento de Hab y Ssinia en las montañas de Etiopía, existen cuevas en las que aparecen en grabados en las piedras, las enseñanzas de los maestros de la mente para los tiempos actuales. Son llamadas “escuelas del conocimiento” .El primer grabado muestra una imagen que dice que somos “seres de energía”. Se aprende también que todo es energía. La energía ha formado los continentes, ha creado grandes industrias, formado grandes negocios y le ha dado poder al hombre.
Cuando la energía no tiene control, es desperdicio, sobre todo en lo que concierne al ser humano. Nuestra energía debe ser guiada con orden, pues en el orden hay economía y aprovechamiento. El saber a dónde vamos y lo que queremos, se llama orden.
También es orden el ser puntuales, el mantener nuestra palabra, así como tener cada cosa en su lugar o disponer de todas nuestras fuerzas en un momento dado. Disciplinar nuestros hábitos, nuestros deseos, nuestra vida, el aprovechar nuestro tiempo, el hacer respetar nuestros derechos, el cumplir con nuestras obligaciones y el aprovechar nuestra inteligencia es el tipo de orden que fortalece nuestra energía. El pensar en cosas negativas nos provoca debilidad energética. El pensar positivamente nos da fuerza y energía.
La energía que derivamos del orden significa luz y paz, así como libertad interior y dominio sobre uno mismo. Orden es fuerza y fuerza es energía, y dicha energía hará cuanto pueda hacerse en el mundo. Nada puede dar lugar a la existencia del hombre sin ella.
El interior de nuestro cuerpo está lleno de millares de partículas energéticas, normalmente en las células y también en los espacios intercelulares, que al reaccionar (vibrar) unas con otras, su energía forma lo que al final de cuentas componen nuestro llamado cuerpo energético. Estas vibraciones se encuentran en todo, aunque en la vida animada son más activas. La materia inanimada no está exenta de esto.
La energía es una propiedad asociada a personas, objetos y sustancias, y al mismo planeta. Se manifiesta en las transformaciones que ocurren en la naturaleza, incluyendo el hombre. Se manifiesta en cambios físicos, como transportar, deformar o calentar algo; también en los cambios químicos, como el quemar algún objeto. En los procesos mentales humanos juega un papel importante en lo referente a la salud. Somos tan sanos como pensamos. Y el que desarrolla su energía interna puede sanarse a sí mismo, e inclusive a los demás.
La verdadera naturaleza de una curación es la de generar suficiente energía, con el fin de disfrutar plenamente de vivir la vida. La curación es mucho más que aplicar una técnica, es un estado del ser, estar en paz con nosotros mismos, nuestros cuerpos, nuestras relaciones y nuestras vidas y esto es sencillo si respetamos lo físico, lo emocional, lo mental y lo espiritual. La salud auténtica se logra al equilibrar estos cuatro niveles.