MIEDO Y DESESPERACIÓN

Por
Mario Góngora H.
No existe ser humano que no haya sido confrontado por el miedo y la desesperación. De hecho, uno de los problemas mas comunes para superar el miedo es la desesperación. Sin embargo, el hombre lleva dentro de si, los anticuerpos morales que son la fe y la voluntad para inmunizarlo contra esos dos graves enemigos.

La naturaleza nos ha provisto de lo necesario para asumir las responsabilidades que tenemos para enfrentarnos a todo lo que la vida nos ponga enfrente. Sin embargo, normalmente tenemos más poder que voluntad y pensamos que los cosas son imposibles.

Nuestra agresividad encaminada con mesura, constancia y perseverancia, nos lleva a donde anhelamos si hemos puesto la mira en las cosas adecuadas. Simplemente volvamos la vista hacia la luz y cumplamos con valor nuestra misión en este mundo. Mientras, en otras tierras aprovechan y le sacan ventaja a lo que en nuestro país vemos como desgracias. Aprendamos a sacar provecho de todo mal. Quizá debamos concluir que ningún hombre ha fracasado mientras no ha hecho el último intento.

La principal razón por la que no toda la gente prospera es la falta de constancia. Hacer algo bien, poniendo todo nuestro esfuerzo es haber perdido el miedo. El esfuerzo neutraliza la desesperación.

En la medida que tenemos fe en nosotros mismos, en esa misma proporción reducimos el miedo y la desesperación. Y todos tenemos habilidades. Solo la flojera no nos permite encontrarlas. Una vez que encontramos lo que nos gusta y hacemos bien, vemos todas nuestras facultades desarrollarse.

El miedo apoyado por la desesperación tiende a no dejarnos terminar las cosas que iniciamos. Un proyecto, una tarea no terminada, le roba a uno el placer del trabajo y la vez, reacciona desfavorablemente en nuestro carácter.

Colón inició su viaje, a pesar del miedo, de partir hacia lo desconocido y seguramente él y sus acompañantes sufrieron de una desesperación normal después de semanas de navegar. De haberse detenido o regresado, no habría descubierto* un mundo nuevo ni ganado un nombre inmortal. (*Celtas, chinos y vikingos se supone que llegaron antes).

Tenemos que afirmar que la mayoría de las cosas que consideramos imposibles, en realidad, son posibles. Tenemos que vencer nuestros paradigmas y miedos pasados y pensar en las grandes posibilidades del ser humano. En realidad, nos encontramos ante un proceso evolutivo, reconocido por algunos, negado por otros y experimentado por otros más. Así como la maldad se ha acentuado y confinado en ciertos grupos, en otros, la espiritualidad ha despertado y crecido en formas positivas y sorprendentes. Si toda la vida es un milagro, nos encontramos ya en este momento en la era de los milagros.

Un pequeño esfuerzo es lo que hace el cambio del fracaso al éxito, o del conocimiento a la sabiduría.