LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD
Por
Mario Góngora H.
De acuerdo a una definición, la verdad es la afirmación de algo que corresponde con la realidad, y esta es “algo que existe en el mundo real”. Pero resulta que la realidad y la verdad son cosas que cada quien interpreta a su manera. Podemos afirmar que ni todo lo que vemos, ni todo lo que sentimos, ni todo lo que escuchamos es necesariamente la realidad, y esto nos pone en una situación muy subjetiva, pues nos lleva a aceptar verdades dogmáticas o sea, un sistema de pensamiento en el que se da algo por cierto y que no puede ponerse en duda. Son cosas en las que tenemos que creer por obligación y darlas por cierto aunque sean mentiras.
Quizá el amor a la verdad se demuestra buscando todo lo bueno en cuanto nos rodea. Los que la buscan podrán hasta morir por lo que consideran que es “verdad”, sin embargo, son los que son sinceros consigo mismos los que lo logran. Los que la aman no necesariamente son los que la reconocen, sino los que encuentran cierto placer en ella; quienes se atreven a buscarla en todo lo bueno y todo aquello que les produce felicidad. ¿Qué nos dice nuestro corazón al respecto?
Existen cosas espirituales que tienen mucho que ver con la vida y todas nuestras funciones. Y quienes no creen en estas cosas deben dejen de desdeñar la espiritualidad, para luego encontrar en ella todo un océano de verdad. A veces tenemos que subirnos a una montaña para ver todo el panorama completo.
Sí, somos seres espirituales, aunque la ciencia no pueda probarlo pero tampoco lo puede negar. Las almas de las personas despiertan cuando se adquiere la conciencia de que se es bueno, y finalmente logra reconocer que tienen obligaciones para consigo mismo y para con los demás. La moral basada solo en la amenaza del castigo en otra vida, o en esta misma, es una pobre moral. La honradez nunca debe ser un martirio. No necesitamos conducirnos bien por amenazas de ningún tipo, sin estímulos de premios o castigos. Aunque como seres humanos, tarde o temprano sabemos que fallaremos de vez en cuando. Nadie escapamos esta posibilidad.
Desde que el hombre (incluye a la mujer) es hombre se ha hablado y escrito sobre cómo llegar a la felicidad y el éxito; de una filosofía de vida que si logramos llevarla a cabo, nos producirá todo tipo de bienestar. Muchos autores de todas las épocas mencionan la importancia de observar una buena conducta. Sostienen que el que se conduce razonablemente, puede estar seguro de tener una buena vida.
Quienes nos ofrecen filosofías más complicadas, o nos están engañando o nos están quitando el tiempo.
