LA HERENCIA DEL PASADO
Por
Mario Góngora H.
Quien pretende culpar a sus antecesores con la “herencia” predisposición genética o gobiernos anteriores se engaña a sí mismo
Nuestra esperanza, para corregir todo lo que va mal con la sociedad y con nosotros, no está en intentar cambiar la naturaleza humana, sino que gradualmente consigamos mayor dominio sobre nuestros impulsos naturales, algo plenamente factible, pues si podemos controlar nuestros pensamientos, claro que podemos controlar nuestra vida.
Quien pretende culpar a sus antecesores con la “herencia” predisposición genética o gobiernos anteriores se engaña a sí mismo. Buscar disculpas para nuestros vicios o nuestras corruptelas como López Obrador, es un viejo truco que data desde Adán y Eva, cuando Adán culpa a la mujer al ser arrojados del paraíso. Un hombre es tan bueno o tan malo como se haga a sí mismo. AMLO no ha logrado tener ética alguna durante toda su vida. Nadie es bueno solo porque su abuelo lo fue, ni nadie tiene que ser borracho solo por vivir en una familia de malandrines.
El medio ambiente tiene mucho más que ver con las acciones humanas que la herencia. El hombre con algo de sentido común puede llegar a la fácil conclusión que “hacer que nuestras acciones en esta vida se basen en las buenas influencias y evitar todo el mal es mostrar la mayor sabiduría” Si tenemos un presidente cuya vida ha estado rodeada de corrupción, podemos entender sus acciones.
Cualquier debilidad humana puede convertirse en fuerza por medio de un simple esfuerzo mental, independientemente de la edad de la persona. Todos podemos darnos cuenta de las ventajas que se derivan de una buena conducta, aunque en ocasiones, para llegar a esta conclusión, tenemos que pasar por épocas difíciles.
A quienes vemos vivir sin propósito alguno nos sirven de ejemplo, y esto lo leemos a diario en los periódicos o en la “mañanera” Con propósito, podemos darnos cuenta de la importancia de dominar algunas de nuestras tendencias e instintos. Muchas batallas son perdidas por el ser humano solo por no haber resistido un instante más.
La decencia, la ética y la sinceridad no nos vienen por naturaleza como nos quiere hacer pensar Morena. Pero si nos interesamos por nuestros semejantes dejamos de interesarnos demasiado en nosotros mismos. Olvidarse un poco de sí mismo en beneficio de los demás, nos deja una gran satisfacción.
El pensamiento precede toda emoción y todo acto en la vida, por lo tanto no debe existir ningún elemento nocivo ni pesimista en nuestra mente, si queremos lograr algo de valor o de importancia, algo que trascienda.
Se ha descubierto que el ser humano es el único ser viviente que se puede sobreponer a su programación genética o a su herencia. Las personas pueden tomar parte conciente y deliberada en su formación, en la prevención de “enfermedades de familia” y pueden formar su carácter y su conducta, desarrollando todas sus facultades.
La forma más segura de lograr nuestros objetivos es tener determinación, la cual se logra con solo un pensamiento bien definido y mantenido con constancia en nuestra mente. Cuando un hombre persigue algo con perseverancia, ya no es cuestión de suerte si lo logra, sino el resultado de la ley de las posibilidades y nunca de su herencia familiar, política, social o cultural.
