ENTRE MENOS, MÁS
Por
Mario Góngora Hernández
No, esto no se relaciona en lo absoluto con la intención del presidente López Obrador de tener más pobres en el país generando más votos con ello. Reflexionemos:
Es interesante notar que las cosas que más nos cuestan, son las que menos necesitamos y sin ningún problema podemos prescindir de algunas de ellas. Serán cosas que nos gustan quizá, pero la mayoría no son necesarias. También es fácil darnos cuenta que entre más tenemos, menos gozamos de aquello que pensamos que nos haría felices.
¿Pero cómo podemos ser más felices teniendo menos? Una de las principales claves es conservar nuestra salud, pues sin ella, todo lo demás sale sobrando. La obtenemos y la conservamos, entre otras cosas, por medio de la meditación, del ejercicio corporal, de una vida metódica, de una alimentación sencilla y nutritiva, de manejar adecuadamente nuestras emociones, de dormir poco pero suficiente; con dejar de aferrarnos a un pasado que de momento no podemos cambiar.
No podemos cambiar el mundo a nuestro entero gusto, pero sí podemos hacer lo mejor del que tenemos. Así, podremos abrirnos paso con lo que realmente somos, no con los bienes materiales o el poder que tenemos.
Creo que todo está en el espíritu. Si logramos tener un espíritu humilde, aprendemos más cosas constantemente en cada momento del día, logramos vencer más fácilmente los obstáculos que se nos presentan y seremos engrandecidos en toda actividad que emprendamos.
Si nos reconocemos como demasiado orgullosos y vanidosos para servir a alguien, estamos en problemas. Debo decir que sabremos que nos acercamos a tener más con menos, cuando podemos admitir que estábamos equivocados respecto a lo que sea, cuando podamos reconocer el mérito real de las demás personas. Se dice que la vanidad es el cáncer del alma.
El que trata de engañar a los demás con una apariencia o un título de grandeza, se está engañando solo. Es más meritorio y más satisfactorio hacer grandes cosas con pocos recursos. El amar la honradez es mejor que el dinero.
Un carácter reconocido y bueno no puede aparentarse, no puede comprarse, se tiene que manifestar para sentir alguna satisfacción.
La misma ley que hace descender las canicas chicas y ascender a las grandes en una vasija, hace que cada hombre ocupe su lugar que le toca en la historia y en el mundo. “La igualdad de posición demanda igualdad de tamaño. Que le pequeño crezca y subirá; que el grande se empequeñezca y descenderá”.
“Vivir mejor con menos, es una idea que por fortuna se está popularizando en la cultura norteamericana con el nombre de downshifting (podría traducirse como desacelerar o simplificar). Partiendo del principio de que el dinero nunca podrá llenar las necesidades afectivas”
