TRAICIONAR LA EDUACIÓN

TRAICIONAR LA EDUACIÓN

ES TRAICIONAR LA PATRIA

Por

Mario Góngora H.

Este es un país donde AMLO hace todo para no tener que educar a las juventudes con los conocimientos que cimentarán su futuro. Es un hecho que las dificultades, los conflictos y desacuerdos en las personas y hasta en las naciones, se dan gracias a la ausencia de facilidades y métodos más completos y adecuados de educación.

El progreso de la nación depende del desarrollo del cerebro de su juventud por medio de la educación. El pensamiento secuencial es una de las cosas que distinguen a la especie humana de otros animales de la creación, y en esto ayuda la educación.

Con una educación sin restricciones, impartida por verdaderos maestros, la juventud desarrolla su capacidad productora y con ello, mayores oportunidades de éxito. La educación frena la violencia. Pero más importante es desterrar la ignorancia, que al hacerlo desaparecerán también el egoísmo, los perjuicios, las sospechas, la envidia y el antagonismo en la política, en la religión, y en las familias.

En la educación, más que mucho leer, se trata de mucho pensar, pues si solo leemos, nos topamos con seudo intelectuales y seudo pensadores que solo han leído, pero no experimentado; con una ausencia total de análisis, expresando lo que ellos piensan en las formas más ilógicas posibles. Agregarle pensamiento a la lectura nos ayuda a romper paradigmas.

Y así, el progreso de la nación depende del desarrollo del cerebro según se trabajó en las escuelas. Conforme lo que se ha hecho a la fecha, no se ha contribuido en nada para el desarrollo de nuestra capacidad productora y menos en preparar las juventudes para encontrar y desarrollar más oportunidades en su vida.

Una verdadera educación no solo prepara ingenieros, abogados, arquitectos, médicos, técnicos, artistas, etc., sino le desarrolla al joven, interés fuera de la esfera de su profesión, porque estos intereses contribuyen a incrementar el atractivo de la vida y ejercen una influencia poderosa sobre el progreso intelectual de la patria, de las naciones y aún sobre la civilización del mundo, y sobre la felicidad y el destino del hombre.

Los que ahora traicionan la educación y por ende a la patria, no tienen la conciencia de que deben trabajar no solo por su sueldo, sino por el futuro del país.

Una persona educada y culta sabe lo que es tener conciencia; es saber pensar, saber ver, saber escuchar y saber sentir. Es reconocer y cumplir sus deberes para con la sociedad. Es no esperar siempre la ayuda del gobierno. Es no ser unos parásitos, ni oportunistas, ni flojos. Tener títulos, diplomas, diplomados y doctorados no significa tener una educación, sino más bien es el inicio, el comienzo de nuestra preparación, pues la verdadera educación es la que adquirimos con la experiencia.

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