¿QUÉ ES VIVIR?

¿QUÉ ES VIVIR?

Por 

Mario Góngora Hernández

En pocas palabras, vivir es mostrar una fe que nunca muere y un corazón que no conoce ni la decepción ni la indiferencia.

Próximamente habrá una gran reunión cuya intención será  la de “unificar” todas las religiones del mundo con todo y Vaticano, y escalarán el Monte Sinaí pidiendo perdón al clima por todo aquello que “le hemos causado”. El milagro de la vida sería difícil explicarlo solo científicamente. Es realmente penoso pensar en aquél que no pude visualizar o sentir nada en la vida, excepto aquello que es lo suficientemente excepcional que impresiona todos sus sentidos.

Debemos ser conscientes que en nuestro espíritu es lo que le da a la humanidad su supremacía en el mundo capacitándonos para tener empatía con la naturaleza y todo el mundo animal, lo que nos aleja del intento de dominio de las cosas materiales. Si logramos ver en cada cosa una manifestación de la vida que compenetra toda la naturaleza, habremos entrado en el dominio de una ciencia que no puede explicarse con palabras, pero sí la conoce nuestro corazón.

Muchos  creemos que vivimos por el hecho de existir. Tal existencia parece ser tan desagradable que muchos están dispuestos a liberarse de ella. Pero lo que se anhela no es la muerte sino contar con más vida. Vivir la vida bien vivida siempre se convierte en algo digno. Las cosas buenas y bonitas no lo son todo en la vida. Con frecuencia tenemos que enfrentarnos a cosas desagradables. Pero en la realidad, como en el mar, los días de calma son  mucho más numerosos que los de tempestad. Aún los que dicen tener mala suerte descubren que siempre ha sido más buena que mala.

Los grandes logros en la vida no se obtienen por solo desearlos, sino por el sincero intento de ganarlos. Todos sabemos que las cosas no nos vienen gratis. Salvo claro, si somos de los que creemos que el mesías Obrador es también el dador de vida. Es solamente a través de la dedicación, el esfuerzo y la buena voluntad que llegamos a tener lo que realmente vale.

Los que realmente saben vivir son los que a pesar de fracasar o triunfar, se rehúsan a retirase de la satisfactoria lucha cotidiana. Ya mucha energía es perdida tristemente en vivir en el pasado o estar fantaseando en el futuro. Vivir el presente sin olvidar las lecciones del pasado es lo que cuenta. El éxito solo presta oídos para las notas de entusiasmo, alegría y entrega.

Es paradójico que el miedo supersticioso le haya impedido al ser humano acceder a una fe más alta, más espiritual.

Sí existe sabiduría en la vejez al no intentar no imposible, pero mayor la tiene la juventud al pensar que nada es imposible. Aunque no en todos, la vejez es conservadora y la juventud creadora. Y casi siempre la juventud tiene la razón. El trabajo y la lucha es lo que cuenta. Y si la vida se nos presenta con dificultades y sufrimientos, lo cierto es que nos brinda una victoria a cada paso.

El objeto de la vida es crecer y la armonía es uno de sus  requisitos para el desarrollo. La felicidad es el fruto y la evidencia del crecimiento.