EL CAPITAL
Por Mario Góngora H.
Toda persona con buen sentido y buena salud, el que haya comido hoy y tenga todavía para mañana, el que tiene todavía aunque sea un poco crédito es lo que podemos llamar “un pequeño capitalista” o “neoliberal” como algunos les llaman ahora.
El pobre no está destinado a ser siempre pobre. Sus hijos seguramente serán los ricos del mañana, así como los ricos de la presente generación podrán ser los pobres de la siguiente. Si deseamos hacer algo por el país, en efecto, debemos dar de comer al hambriento, pero si exageramos en la protección de las pobreza, esta se puede convertir en una profesión, pues para efectos políticos el hambre y la ignorancia para el partido en el poder, deben ser mantenidos a ese nivel, haciendo que generaciones enteras, con tal de convertir en un infierno su vida para luego en base a promesas lograr “su libre voto” y contar con ellas. Muchos han llegado al extremo de “escupir el pan de su boca” para poder mantenerse en agradecimiento al partido que los tiene en dichas condiciones de ignorancia y pobreza.
Para los que odian a lo que ellos llaman “neoliberalismo”, el capital se forma también de visión, de principios, de devoción por los planes y el trabajo, usado en empresas que benefician no solo a sus propietarios, sino a la sociedad en general. Debemos entender que el dinero no es nada si no se encuentra respaldado por el carácter individual, y por la inteligencia en su utilización. ¡Qué gran desperdicio de aquellas vidas que se pierden solo por eso tan temporal como es el dinero! El que realiza un día de trabajo con entrega y pasión, ayuda a todo el país, y todo negocio bien manejado es un beneficio público. Para progresar la empresa, requiere que todos sus trabajadores progresen con ella. Empresa y trabajador deben contar con mutuo respeto. Un viejo dicho dice “Ama lo tuyo y respeta lo ajeno, que aquello es miel y esto es veneno”
Uno de los problemas tenemos en cuanto a la generación de dinero, es que las personas normalmente exageran el valor de lo que no tienen. Más le falta al que más desea. Algunos más quieren “todo por nada”, sin embargo, el arte de ser un “capitalista” o un “nuevo liberal”, consiste meramente en trabajar duro, aprovechar las oportunidades, economizar y evitar las deudas. Solo cree en el poder del gran capital aquél que no lo tiene.
Quizá podamos afirmar que la pobreza solamente debe ser de aquel que no trabaja. No es el capital, sino el amor inmoderado a él, la causa de nuestros problemas políticos y. de seguridad. Muchos desean ganar más dinero solo por ganarlo, y lo guardan para tener más que otros, y muchos más, para morir ricos. Acumular dinero solo es bueno si nos sirve para acumular más vida y no hay peor pobreza que el dinero que no se sabe utilizar.
Algunos no creerán que la pobreza es más soportable que la abundancia. El uso que hacemos de nuestros recursos económicos muestra nuestro verdadero carácter. Los lujos que vemos en algunos no es la verdadera medida de su riqueza económica. Es la lucha por la vida lo que realmente nos deja un mayor placer. No hay nada como aquel que lucha por la vida y empieza a saborear los frutos de su esfuerzo, encontrando enorme satisfacción
