FE Y VALOR

FE Y VALOR

Por

Mario Góngora Hernández

Cualquier cobarde  puede luchar cuando está seguro de ganar, pero se necesitan de la fe y el valor para luchar y ganar cuando se tienen casi todas las posibilidades de perder. Y todos sabemos que el mundo no es ningún árbol de navidad con costosos juguetes  para que todo mundo que quiera tomar uno, solo estire su brazo y tome lo que se le antoje.

Más bien, el mundo es como un campo de batalla si así queremos verlo, en que para luchar tenemos que hacer uso de nuestro valor, de nuestro pensamiento y de todas nuestras habilidades.

Parte de la historia de la humanidad nos enseña que se repiten los mismos señalamientos ante nuevas ideas y paradigmas. “No se puede hacer”, se ha dicho, pero los hechos han demostrado que todo lo que se dice que no se puede lograr, en realidad sí se puede.

Es correcto, nadie sabemos a ciencia cierta de lo que somos capaces hasta que lo intentamos. Los que tienen éxito, los héroes, son personas como todas. No han nacido como héroes ni personas exitosas, y cuando lo han logrado, es por sus hechos.

Un hombre o mujer sin auto confianza  en sí misma, no puede llegar al éxito en el mundo, pues la falta de creer en sí mismo o sí misma nos ciega, nos priva de todo aquello que puede llevarnos a poner más esfuerzo en alguna actividad y por lo consiguiente, no lo intentamos. El que nada intenta ya perdió. Vivirá en el fracaso continuo.

Si suena fácil, lo es. En este mundo se puede conseguir cuanto se desea. Todo es proponérselo con seriedad, así como tener en todo momento activa nuestra imaginación y entrega a lo que hacemos.

El  valor que tengamos para emprender y trabajar como debe ser, es un derecho que todos tenemos al nacer. El que triunfa, es el que lo intenta. Seremos despreciados por la “fortuna” si huimos.

Es imperativo que mostremos en nuestro diario desempeño, que tenemos confianza en nosotros mismos. Así, no solo crearán los demás en nuestros logros y fuerza, sino que nosotros mismos acabaremos por creer en nuestro potencial. Si demostramos nuestra capacidad, el mundo tendrá que reconocernos, aunque a veces seremos víctimas de la envidia de algunos.

A nadie le daña orar para conseguir algo, pero le hará mucho mejor el trabajar inteligentemente por conseguir lo que pide en sus oraciones. A algunos gobiernos les conviene tener a una buena cantidad de sus ciudadanos en un estado de siempre estar a la expectativa de recibir ayuda en forma constante. Muchos se han convertido en esclavos permanentes. Dominemos nuestros temores y las emociones más violentas para permanecer impasibles ante los tiempos difíciles.